Vila Viçosa o Villaviciosa en español, es un bello pueblo portugués de 5.000 habitantes, perteneciente al distrito de Évora y ubicado en la región del Alentejo e íntimamente ligado a la antigua nobleza lusa, desde que el rey Afonso IV en el siglo XIV obsequió el pueblo a su esposa Dona Brites, como regalo de bodas. También es reconocido como el lugar de nacimiento de Catalina de Braganza, quien finalmente se convirtió en Reina de Inglaterra. Hace un par de años, en el 2017, la UNESCO aceptó que Portugal incluyera a esta localidad dentro de la Lista Indicativa para ser Patrimonio de la Humanidad, con la denominación: «Vila Viçosa: pueblo ducal del Renacimiento».
Vila Viçosa fue ocupada sucesivamente por romanos y musulmanes hasta que se unió al reino de Portugal en 1217. Cien años más tarde, es decir, en el siglo XIV, erige su castillo. Llegó a ser parte del Reino de Castilla aunque solo por año y medio en 1385, convirtiéndose unos años después en parte del ducado de Braganza.
En el siglo XVI, se inicia de la construcción del Palacio Ducal de Vila Viçosa, una de las edificaciones renacentistas más destacadas de Portugal y el pueblo de Vila Viçosa se convirtió en la sede del Ducado de Braganza, llegando a ser la corte ducal más grande de la Península Ibérica. En el siglo XVII, un grupo de conspiradores convenció al entonces duque de Braganza de aceptar el trono de Portugal, convirtiéndose en 1640 en rey con el nombre de Juan IV, iniciando la dinastía de Braganza y transformando a Vila Viçosa en residencia real de verano. Aunque la leyenda cuenta que fue su esposa española, Luisa de Guzmán, de la casa de Medina Sidonia, quien le convenció con las siguientes palabras: «prefiero ser reina por un día que duquesa toda la vida».
Más adelante, tuvo la desgracia de ser gravemente sacudida por el terremoto de 1755 y saqueada durante las guerras napoleónicas. Llegó la República en 1910 y Vila Viçosa cayó en decadencia debido al objetivo de los republicanos de borrar todos los rastros de la monarquía. Sin embargo, en la década de 1930, con la explotación del mármol existente a su alrededor y la apertura del Palacio Ducal de Vila Viçosa para el turismo, comenzó a mejorar hasta nuestros días, aunque su población sigue disminuyendo, debido a la emigración a otras regiones de Portugal o al extranjero.